Unipersonal que representa la brutalidad del consumo de pasta base y la sociedad que lo genera y descarta, a través de una performance caótica y existencial basada en la experiencia personal del dramaturgo y director Nicolás Bascuñán. La obra se caracteriza por su texto fragmentado y místico, y se vale del humor negro y la tensión escénica para confrontar al público con la realidad de la marginalidad.
